miércoles, 20 de septiembre de 2017

ALABADO SEA.



ALABADO SEA DIOS

Gloria a Dios Padre.
Por el amor. Y por su Victoria.
Alabado sea Dios.
Por su grandeza  y su poder.
Bendito y alabado sea por siempre
Por su gran amor, y su Victoria.

Alabado sea Dios.
Por su gran misericordia,
Alabado sea Dios.
Que por su gran amor,
Nos dio a su hijo amado.
Y murió crucificado.

Gloria a Dios, en el cielo y en la tierra.
Gloria a Dios, por su amor y su Victoria.
Gloria a Dios, por su hijo que nos dio,
Para que fuéramos salvados
Bendito y alabado seas,
Mi Jesús Sacramentado.

Porque Jesucristo nos amo,
Hasta en su dolorosa muerte.
Pero Jesucristo venció la muerte.
Por que Jesucristo vive.
Jesucristo Reina, Jesucristo espera,
!Jesucristo, ama eternamente!

Te alabo porque eres mi Dios.
Te pido por que eres mi Padre.
Te suplico, porque eres mi Rey.
Te imploro, por que eres misericordioso.
Alabado sea mi Dios
Por su gran amor  y su Victoria.

Gracias Dios, por tu inspiración Divina

Maricela González Cerón




viernes, 15 de septiembre de 2017

LA IGLESIA BOMBARDEADA

LA IGLESIA BOMBARDEADA





Junio / 20 / 2003

Paseo  en  un  pueblo, del  cual no se  su  nombre ni ubicación,
Fuimos ayer con mi madre a un pueblo que no conozco.
Tiene un valle amplio donde siembran maíz, pero en estos momentos solo se deja ver el ganado, que se alimenta de lo que queda después de la cosecha, este valle esta cercado con una pequeñas bardas de piedra, aproximadamente como un metro de altura, al entrar al pueblo es una calle amplia, de terrecería hace mucho calor, el pueblo se ve triste y seco, con pocos habitantes.

El camión donde viajamos, esta muy viejo, pero eso no importa, por que mi mamá quiere llegar al pueblo como sea, quiere visitar una iglesia que le dijeron que hay una imagen que es muy milagrosa, no se que imagen de santo será, y es preferible usar este camión,  antes que venir caminando.

Cuando pasábamos en el autobús, por la calle de terrecería, creo  que es la calle principal, a los extremos de la calle hay unas casas de adobe, los patios están cercados con alambre de púas, había unos postes del alambrado caídos, como si no les importa que los animales entren y terminen de destruir lo poco que queda de la cosecha.
Cuando llegamos donde se supone que era el centro  del  pueblo,
Dije, hemos llegado al pueblo… Mamá ¿donde quiere ir?
Ya estamos aquí, este es el  pueblo al que usted quería venir, mi madre no me responde, bajamos solo las dos de autobús en silencio, nos paramos frente a unos pequeños arbustos, entonces le digo, mamá, aquí parece que no hay gente, no me responde, solo camina y yo la sigo en silencio.

Paso el tiempo, quizás solo seria unos minutos que pasaron, cuando se empieza a sentirse un calor insoportable, y el viento era tan fuerte que levantaba el polvo y no me dejaba ver  para adelante, entonces vuelvo y le digo, mamá, donde es que  quiere ir, por que mis hijos están solos ¡No podemos quedarnos aquí! Mi madre no responde, y sigue caminando, parece que no me escucha, seguimos caminando en silencio en esa misma calle, pero sin saber  para donde  nos dirigíamos…En ese instante, exclame con alegría, ¿Mire mamá, ahí esta la Iglesia?
¿Quiere entrar? Sin pronunciar palabra, se dirigió a la iglesia, cuando estamos paradas frente a la Iglesia, mi madre dijo Hun, como si estuviera enfadad ¿Para eso venimos asta aquí? Mira la puerta, ¡Esta cerrada! ¡Mamá por favor! Conteste indignada, no se ponga así, estoy  tratando de complacerla, mire que grande es la puerta, y además ¡La iglesia es de piedra!

LA IGLESIA BOMBARDEADA

¡Y que con eso! Respondió mi madre un poco enojada, y un poco sentida, así se escucho su voz,
¡Mira, que no vez que la puerta esta serrada!
 Replico mi madre, ya demasiado molesta, ¿Ahora que hacemos?

Nada, le respondí, vamos a ver si tiene puertas a los lados le conteste, posiblemente este alguna puerta abierta,


Así como la Iglesia de la Asunción, conteste, a veces la puerta principal se ve que esta cerrada,  y las puertas del costado están abiertas, entonces caminemos para la izquierda, para ver si la puerta esta abierta,  bien entonces vamos, mi madre camino tras de mi.

¿Dios mío que es esto? Exclame… Mire mamá,
¡Aquí parece que hubo una guerra!
¡Porque bombardearon la Iglesia! Mamá, mire esto.
¡En ambos lados están derrumbadas las paredes!
Esto me parece extraño, que la pared de enfrente esta intacta y aquí en medio todo destruido, seguí comentando.
¡En la parte de atrás que no hay  puertas, las paredes estén intactas!
Además como es que la parte de atrás donde se encuentre el altar, ¡Solo hay polvo! Entramos caminando sobre los escombros del material que estaba en el centro de la Iglesia. Y desde ahí recorrí con la mirada todo el rededor de la iglesia o lo que quedaba de ella.

Mire mamá lo que esta allá, y le señale con el dedo, al lado derecho mamá, sobre ese mármol blanco que esta en el piso, cerca del altar blanco, esta una imagen, ¡Vamos a ver que imagen es!
       


Mi madre me siguió y al llegar frente al altar de mármol blanco, vimos que la imagen que estaba en el piso, sobre otro pedazo grande de mármol blanco, era un Cristo roto, si, solo le faltaba un brazo, todo lo demás estaba intacto.

Era un Cristo roto, que le faltaba un brazo, pero no tenía La Cruz…Estaba en el piso, sobre un mármol frío, lo acomodaron como si estuviera durmiendo, bueno esa era lo que me paresia, estaba como recostado de lado y tenía solo un brazo, el brazo que le faltaba, estaba tirado junto al altar de mármol blanco.

¡Mamá! Exclame, ¿Es un Cristo igual al que esta en Chichihualco?  Mi madre no decía nada, solo me miraba. ¡Si mire bien!
¡Se parece al Cristo que esta en el ataúd!

LA IGLESIA BOMBARDEADA

El Cristo que pueden sacar del  ataúd, y que lo crucifican en semana santa,
¿Verdad que si mamá? Reafirme como si mi madre me estuviera preguntando y le dije, mire bien,
¡Se parece Al Cristo que esta en la Iglesia de San Miguel!
En ese momento camine para agarrar el brazo y me agache, cuando tenia el brazo en las manos dije en voz alta, ¡Pobrecito! Mire mamá como quedo el brazo, si que esta lleno de polvo.

Le dije a mi madre ¡Que acaso esta gente que hizo esto no tiene compasión! Aunque sea solo una imagen, ¡Deberían de tener respeto!
En se momento se escucho una voz fuerte que dijo,
¡Tú puedes arreglarme el brazo si quieres!
¡Solo ponlo asía arriba para que se me acomode!
¡Quede nuda al escuchar esa voz!
¡Pero al momento obedecí esa voz! Eleve el brazo como me dijo, puse el brazo para arriba y al ponerlo junto a la imagen, hizo un ruido como si fuera un imán, ¡Lo atrajo junto a el y solo se le acomodo!
Solo se escucho un (click)  mire al Cristo, yo no soltaba el brazo, pero sabia que ya estaba en su  lugar…. Entonces mirando la cara del Cristo, suavemente y con cuidado, baje el brazo poniéndolo con mucho cuidado, sobre el  cuerpo de la imagen que estaba en el mármol frío.

El Cristo quedo postrado en el mármol como si se acomodara para dormir, doblando los brazos junto a su pecho.

 En ese momento solo pensé.
Y se pusiera este Cristo en aquel altar que esta en el centro,
¿Ese altar debe ser el altar mayor? Esta  grande y es de mármol blanco.
Y de pronto, al instante el Cristo apareció en aquel altar del centro, cubierto con una sabana blanca sin ninguna partícula de polvo.

Mi madre seguía de pie sin decir nada, solo estaba mirando todo lo que sucedía.
En ese momento se abría una pequeña puerta de madera que estaba cerca de donde estaba el altar de mármol blanco, de donde salio un sacerdote revestido, con una capa color verde y enfrente una Cruz dorada, el sacerdote estaba preparado, listo para celebrar la misa.






LA IGLESIA BOMBARDEADA

No se donde salio la gente que estaba parada en el centro de la iglesia, porque  que al parecer ya lo esperaban para  la celebración… cuando nosotros llegamos no había ninguna persona en el lugar.

El sacerdote entro acompañado por unos niños, cuando salían del cuarto que estaba a la derecha, que al parecer ese cuarto también estaba intacto por los bombardeos.

Cuando el sacerdote estaba frente al altar, descubrió la imagen del Cristo lentamente quedándose con la sabana en las manos y pidió a la gente, por favor pongan este Cristo enfrente, al pie del altar… Fueron barios voluntarios quienes se acercaron para poner al Cristo como dijo el sacerdote entonces le hice un comentario a mi mamá.

Mamá, ¿Mire quien es el sacerdote?
Contesto ella, ¡Si ya lo vi!
Le pregunte ¿Lo reconoce? ¡Si! Es el padre Antonio de Chilpancingo,
¡No mamá! Replique, no es el padre Antonio, ¡Es el padre Lío! El que esta en Chicago, El celebra las misas en la iglesia de Nuestra Señora de Gracia, donde vive mi hermana Victoria ¡No! No es el, dijo mi madre, ¡Mire bien mamá!
Le dije, en ese momento se le cambio su rostro.

Mamá mire bien, porque ahora ¡Ya no es el  padre Lío!
¡El rostro le a cambiado! Ahora parece que es el padre Jorge Amando de Chichihualco, ¡Si, mira, ahora si es el padre Amando!
Nos quedamos un instante en silencio, y de pronto exclame,
¿Nuevamente le cambia el rostro?
¡Ahora si es el padre Antonio!  ¿Que esta pasando?
¿Por qué a veces parece que es el padre Lío? ¿O el padre Antonio?
¿Ahorita nuevamente es la cara del padre Jorge Amando?
En ese momento, el padre Jorge Amando, se dirigió donde esta el sagrario, doblo la pierna derecha quedando de rodilla y tomo el cáliz.

Hubo un silencio, y cuando, estaba la Consagración, su mirada del padre estaba asía arriba, no en la Ostia para consagrar como se acostumbra, bueno yo lo creo que así es la Consagración.

Siguió la celebración, pero todo era muy lento como si estuviera en cámara lenta,
Además, parece que  habla  pero no se escuchan las palabras, solo se ve el movimiento de los labios y todos los presentes se veían uno con otro, parece que nadie puede escuchar lo que dice el padre.


LA IGLESIA BOMBARDEADA


Cuando llego la hora de la comunión muchos de los  presente pasaban para comulgar, mi madre y yo caminamos para formarnos en una sola línea para comulgar, Se acerco el sacerdote pero su mirada estaba perdida, después de unos minutos, empezó a dar la comunión, yo estaba delante de mi madre y cuando solo faltaban tres personas delante de nosotras, se terminaron las Ostias… El sacerdote se retiro para ir por mas y esperamos de pie, cuando el sacerdote regresaba, ya no se dirigió asía nosotros, los que esperábamos en la línea para la comunión, Sino que se fue asía el altar, las personas que estaban delante de mi, me voltearon a ver y solo hice un gesto, como diciendo ni modo.
 Y todos regresamos a los lugares sin comulgar.

Cuando el padre levanto el rostro, ya no era  el padre Jorge Amando, sino que para ese momento ya era el padre Lío…. Todos estábamos en el centro de la iglesia de pie, sobre todo ese escombro de piedras, todos los que presenciábamos la misa nos volteamos a ver uno a otro,  porque el padre Lío, quiso dar por terminada la misa en ese momento.

Cuando el padre se arrodillo, se desplomo lentamente frente al altar, y uno de los niños grito fuertemente, ¡Ayúdenlo! ¡Ayúdenlo! ¡Por favor ayúdenle!  Salieron corriendo unos hombres y lo levantaron, y en ese momento empezó a cambiarle el rostro nuevamente, como al principio.

Eran los tres rostros en uno solo. ¡El padre Jorge Amando!
Luego se transformaba con el  rostro ¡del padre Antonio!
¡Y luego con el rostro del padre Lío!
Todos  mirábamos con asombro lo que sucedía.
En ese momento se puso de pie el sacerdote con el  rostro del padre Jorge Amando, y dijo a gritos ¡Dios mío! ¡Dios mío! Y se arrodillo…
Inclinando la cabeza y diciendo fuertemente ¡Padre mío y Dios mío! ¡Perdóname! ¡Perdóname!
Hubo un silencio prolongado…. Como por arte de magia, la capa verde que tenia puesta el padre, Cambio de color verde, a un color perla, se fue opacando nuevamente, hasta tomar un color blanco amarilloso, como esa ropa de color  blanco, que se guarda por años y que al pasar el tiempo se torna a un color amarillos.
La verdad no puedo describir exactamente como es ese color de antigüedad.




LA IGLESIA BOMBARDEADA

Después de esa transformación de los colores, todos salimos en silencio de la iglesia derrumbada, dejando al  padre Jorge Amando solo, y de rodillas, con la cabeza inclinada, creo que hacia oración, pero no era esa oración tan común, donde solo se arrodillan por costumbre.
Sino que parece que  “DIOS” estaba allí presente.
Sí, por que se sentía esa  paz, en el aire.

Cuando salimos de la iglesia, mi madre y yo, caminamos en la calle donde nos bajamos del  autobús cuando llegamos,  pero en completo silencio, parecíamos dos extrañas. Caminábamos una al lado de la otra, yo solo escuchaba la respiración de mi  madre, pero cada quien en un mundo diferente.

Mi madre, volteaba a su alrededor, como si solo admiraba esos  pequeños cerros con el color de Otoño,  unos árboles sin hojas, otros con las hojas con el color amarillo y algunos arbustos secos completamente, los cerros que rodeaban al pueblo, no eran tan grandes… Mi madre seguía con su  mirada perdida.

Yo quería saber lo que pensaba mi madre, pero no me atrevía a interrumpir sus pensamientos… Cuando ella quiera hablar me dirá lo que piensa, creo  que no es el momento para preguntar nada, Mi madre a veces inclinaba la cabeza, como si estuviera cansada.

Pasamos mucho rato caminando y la veía tan distante que me  preocupe
Decidí preguntarle ¿Mamá, qué piensa de lo que paso? Me volteo a ver, como si no me reconociera, clavo la mirada al piso y siguió caminando sin responder.
Entonces vino a mi mente todos esos momentos vividos en la iglesia
Y me pregunte.
 ¿Quien sería el que bombardeo la iglesia?
 Y ¿Porque?
¿Quien seria el que me hablo? Cuando estaba el Cristo en el piso, ¿Sería la misma imagen?

¡DIOS Mío! ¿Acaso tendría vida El Cristo, cuando estaba tirado en el piso?

Fue entonces que se me erizo la piel, como ahorita, tan solo al recordar sus palabras. Cuando me dijo.



¡Tú puedes arreglarme el brazo si quieres!  
¿Porque El  Cristo estaba tirado?
¿Porque el padre no me quiso dar la comunión? 



¿Porque le cambiaba el rostro, una y otra vez?
¿Y porque se desmayo el padre?
 En ese momento se acerca una mujer para hablarnos, era la primera persona que nos dirigía la palabra desde que llegamos al dichoso pueblo, y nos dijo, ¡Todo esta mal! ¿Verdad? Fue mi madre quien contesto, ¿Usted también lo cree así?
La señora solo nos miro, y se retiro rápidamente si decir más palabras.

A lo que yo aproveche el momento para decir, mamá vámonos porque se hace tarde. Recuerde que yo deje a mis hijos solos, y el autobús ya va a salir, respondió rápido mi madre
¡Si ya vámonos! Y al momento desperté.

LA IGLESIA  BOMBARDEADA

Estaba sentada al borde  de la cama ¿Donde estoy?
Me pregunte en voz alta, porque me desperté desorientada,
Creí que estaba en realidad junto a mi madre, mire el reloj, son las cinco de la mañana
¡DIOS Mío, DIOS Mío! Solo es un sueño.


Junio / 20 / 2003


Maricela González Cerón     

CIUDAD DE CRISTAL

CIUDAD DE  CRISTAL

Lunes Septiembre 1989

Caminaba con mis hijos Elizabeth y Jesús Alberto, junto a mi madre Victoria Cerón, en un pequeño pueblo desconocido, la calle era amplia y empedrada, íbamos  platicando y no nos dimos cuenta que nos aviamos alejado demasiado del pueblo.
¿Donde esta mi hermano Jesús? Le pregunte a mi madre, Dijo que el vendría por nosotros, en ese momento vimos que se acercaba junto a nosotros, una camioneta pequeña de color verde cenizo y quien la venia manejando era mi hermano Jesús, al llegar junto a nosotros, nos dijo, ¡No puedo detenerme aquí! Sigan caminando y yo los espero mas adelante para que se suban, y se fue rápido.

Nosotros seguimos caminando juntos, no se cuanto tiempo transcurrió, y sin darnos cuenta, aviamos llegado a la orilla de un río, el agua es cristalina, se ven claramente las piedras mas pequeñas dentro del río, tiene un brillo hermoso, con la mirada recorro todo a  mi alrededor y miro que allí cerca del río, mi hermano Jesús, ya esta esperándonos en la camioneta que esta estacionada delante de nosotros.
¡Suban rápido! nos dijo, nos miramos unos a otros, yo le respondí, ¡Espera¡
El nos dijo una vez más, ¡Súbanse rápido atrás!
En ese momento, yo me agache para agarrar una piedra que me llamo la atención, era pequeña color verde, estaba enterrada entre la arena, y con el dedo rasque la arena para sacarla, pero el tamaño iba creciendo y al descubrirla toda, la tome con mis dos manos ¡Es una piedra de color verde esmeralda!

Parecía de cristal, o de algún mineral para mi descosido, pero creo que es una esmeralda, le dije a mi madre,  mamá, ¿Sabe usted que es esto? Ella miro la piedra y clavo la mirada en el piso, y sin decir palabra alguna, seguimos caminando, yo guarde la piedra en la bolsa de mi pantalón, a pesar de ser tan grande no se como pude guardarla en la bolsa de mi pantalón,  cuando busque a mi hermano para subirnos a la camioneta, ¡El ya no esta cerca de nosotros! Seguimos caminando, no se por cuanto tiempo más, cuando nos dimos cuenta estábamos en un lugar mas lejos y desconocido, la calle empedrada donde caminábamos desapareció, solo caminábamos en un camino de arena firme, digo firme, porque no dejábamos huellas o marca alguna al caminar, como suele quedar sobre la arena, pero si era arena porque al verla, esas partículas finas quedaban  brillando sobre los pies.

Que extraño es todo lo que esta pasando, caminamos un poco mas y adentramos en un pueblo diferente: a los extremos del camino donde nos encontramos, hay unas montañas grande y sombrías…al pie de esas montañas, a mi lado izquierdo, corre un pequeño río cristalino, esta echo con cristal, por que el agua no se filtraba a pesar de ser pura arena, se ve claramente como corre el agua cristalina.



CIUDAD DE  CRISTAL

Seguimos caminando un buen rato, ¡No había forma de saber el tiempo!
Pues nadie tenía un reloj para saber la hora.

Mi madre, mis hijos y yo, nos detuvimos frente a una entrada que nos llamo mucho la atención, había unas luces de colores hermosos, eran unas  barras de cristal gigantes, el resplandor de esas luces era diferentes, como si tuvieran luz propia.
Esas luces de colores, formaban un arco iris, estaban marcando la entrada a una ciudad.

Quedamos de pie frente a esas luces admirando su belleza,  ocurrió  algo extraordinario… Al dar el primer paso, quedamos adentro de una ciudad muy grande, blanca y cristalina, con un cielo azul infinito.

Mi madre mis hijos y yo, solo nos miramos uno a otro, y todos regresamos a ver asía tras, para ver que estaba pasando, y al momento desaparecieron las luces de colores quedando cerrada la entrada, solo se veía una muralla circular enorme, como si estuviera echa de hielo blanco.

Cuando miramos al frente, mi madre también había desaparecido del lugar.
Solo quedamos juntos mis hijos y yo…. No sabíamos lo que estaba pasando.
Pensé en voz alta, preguntándome, ¿Donde quedo mi madre?
Estaba segura que mi madre esta dentro del lugar, ¿Pero donde?
¿Porque no esta junto a nosotros? Seguimos caminando como si alguien nos dirigiera al lugar y cuando adentramos mas en la ciudad de cristal mi madre ya estaba con nosotros en ¡La Ciudad de  Cristal!

Se me olvidaba decir, que tan pronto desaparecieron las luces de colores
Todo lo que nos rodeaba era de color blanco y cristalino


Ese nombre le di, “CIUDAD DE CRISTAL”
¡Todo era blanco cristalino! Paresia de hielo, ¡Pero no hacía frío!
Hera un lugar hermoso, indescriptible, el cielo era azul infinito y claro, como nunca  lo he visto en la tierra, había una luz que alumbraba esa ciudad, era única, era todo de color blanco transparente y a la misma vez era cristalino, no se explicar exactamente como era ese color.

¡Era una ciudad enorme, gigantesca, echa de puro cristal blanco! Todo el horizonte se veía  una pared de cristal que rodeaba la ciudad, eran murallas enormes blancas.
Cuando estábamos admirando tanta belleza, se acerco una mujer junto a nosotros, vestía un atuendo gris y un manto color gris mas oscuro que le cruzaba sus brazos, su expresión era  amable y  nos dijo… ¡Vamos hacer el recorrido! Pero por su tono de voz que nos dio, era más bien una orden, no una sugerencia… así que mis hijos y yo seguimos a la señora sin protestar.

CIUDAD DE  CRISTAL

En ese instante me di cuenta que mi madre nuevamente  se avía desaparecido la busque con la mirada todo el rededor mío, yo tenia la certeza de que estaba dentro de la ciudad,  pero no sabia  exactamente donde, quería preguntar a la señora por mi madre,  pero estoy desconcertada, confundida por todo lo que esta sucediendo…pienso que solo hay que obedecer a la persona que nos dirige.
Y sin preguntar ni protestar, seguimos caminando en silencio, admirando todo nuestro alrededor junto a la señora, de pronto, todos nos detuvimos al escuchar una voz fuerte que dijo…¡Esta persona, es quien se encargara de dar todas las explicaciones a tus hijos, Jesús Alberto, Elizabeth y a ti! ¿Pero quien lo dijo? Pregunte en mi pensamiento, y contesto la mujer, Es “El”, El, es quien manda y hace las leyes aquí, busque con la  mirada a la persona que hablo tan fuerte, ninguno estaba cerca de nosotros, me quede mirando a mis hijos sorprendida, ellos solo sonreían, vámonos, contesto la señora y empezó a caminar y nosotros detrás de ella. 

La mujer dice.
¡Ustedes solo son visitantes en esta ciudad!
¡Así fueron elegidos!
Mirándome dijo ¡Tú tienes la prueba para la entrada!
De que habla, o, a que se refería,  cuando dijo que yo tenía la prueba para la entrada, quise preguntar a que se refería, en ese instante nos indica, sigan caminando, y nosotros sin protestar la seguimos. Esta mujer contesta mis preguntas que nunca hago o digo, si, porque yo solo pienso la pregunta que quiero hacer, y ella me mira y explica la respuesta exactamente de la pregunta que yo solo pienso.

Seguimos caminando, la señora iba adelante, mis hijos y yo uno al  lado del otro.
Visitamos las primeras cuevas pequeñas o habitaciones, ese nombre nos dio la señora,
Mientras caminamos nos dijo claramente,
¡Estas son habitaciones, y no cuevas como tú les llamas!
Si, como desdije anteriormente, la señora explica y responde mis  preguntas sin yo hacerlas… mas bien, creo que ella leía mis pensamientos.

También nos dijo.
Estas son las habitaciones donde vivimos y trabajamos diariamente.
Aquí en La Ciudad de Cristal, ¡Nunca llega la noche!
A lo que yo me pregunte en silencio, ¿Ciudad de  cristal?
Así es, replico la mujer, ¡Aquí es la Ciudad de Cristal!
¡Igualmente como tú la llamas!
Aquí nunca llega la noche… ¿Como que aquí no hay noche? Pensé.
Me  mira y dice ¡si! ¡Aquí la noche no existe!
Porque la luz del sol siempre esta en los cristales.
Cuando los rayos del sol asoman en el oriente, estos rayos dan en los cristales más altos de la habitación principal, y queda iluminada por completo toda la ciudad con esa luz clara y transparente,  no es blanca como tú crees.

CIUDAD DE  CRISTAL

Dentro de esta ciudad, lo que de lejos parecía tener tanta blancura, en realidad de cerca son unas barras de hielo cristalino, y en medio, o en el fondo era que tenía ese color blanco transparente, pero no existe el frío… todo el clima es agradable.

Cuando nos acercamos más, junto a la pared, vimos que de esas barras gigantescas estaban incrustadas las cuevas, y estas mismas cuevas, eran donde vivían las personas que habitaban en la ciudad.

En el recorrido nos encontramos con personas que hacían el mismo recorrido, igual que nosotros, entre ellos ninguno habla, aquí reina el silencio, toda persona que esta aquí dentro, solo siguen a quien les dirigía, ellos son los instructores, cada quien tiene su grupo.

Estas cuevas incrustadas en esa muralla gigante, solo se dividen por una pared, una pequeña pared del mismo cristal blanco, los espacios de las cuevas son pequeños, todas hechas de un cristal blanco cristalino hermoso, en cada cueva o división, era donde vivían cada una de las familias, y era también su lugar de trabajo, donde elaboraban figuras de cristal, basadas en puras figuras marina, como pescados, caballito de mar, estrellas, toda clase de animales que habitan en el mar.
Los habitantes de esta ciudad, no usan herramientas ni electricidad para elaborar sus figuras, solo utilizan sus dedos, la luz que tiene toda la ciudad, era únicamente el resplandor del sol blanco que reflejaba en la cúspide de las barras blancas y cristalinas mas alta de esta ciudad.

“El sol blanco” me refiero a un sol blanco porque la luz de este lugar no es igual a los  rayos del sol en la  tierra,  la luz de la cual yo hablo es una luz solar pero de color blanco transparente, que bien puede llegar a ser una luz violeta clara o azul celeste transparente, por que el blanco fuerte te lastima los ojos, en cambio estos colores celestes no, pero no se como se considerar este  color, porque son los rayos del  sol claros transparentes. Ya hemos recorrido la mitad de la ciudad, ahora nos encontramos frente a la cueva superior, la cueva más alta de todas las que existen en este lugar, esta  habitación es la principal. De donde se desprenden esas barras enormes y que forman una x  como la base de esa habitación, en ella habita la persona más importante de todos…nos dice la mujer.

Esta habitación es más grande de todas, esta tiene un peldaño que se desprende de la pared al lado derecho, este peldaño parce que es de mármol blanco, frente al peldaño, está de pie un hombre muy alto, viste una tunica blanca, como la nieve de invierno,  amarrado a la cintura tiene un cordón de hilo blanco, su piel, es de color perla, de un porte sereno y generoso, tiene puestas unas sandalias muy finas, son casi del color de su piel.

CIUDAD DE  CRISTAL

Este hombre esta de perfil, leyendo un libro enorme y grueso, sobre el peldaño, la cobertura del libro es de color blanco, el borde de las hojas del libro es de color oro brillante, su mano derecha, detiene la parte del libro abierto, y la mano izquierda, sobre la otra parte del libro, El Hombre no despega la  mirada del  libro. Pero en este instante volteo ligeramente para mirarnos unos segundos con una sonrisa amable, yo al sentir su mirada, pude ver sus ojos grandes de color negro profundo, nuevamente regreso su mirada sobre el libro que leía, y aunque esta de perfil se nota una sonrisa muy suave,

La cueva donde El habita, perdón (La habitación) tiene la forma de una gran pirámide, pero la entrada esta en forma de arco, de la misma que se desprendían las barras blancas cristalina, esta es la mas grande y fuerte de todas las habitaciones, parece que son de cristal de hielo, pero la temperatura no es fría, mas bien la temperatura es calida,  también unos cristales al pie de la pirámide, que se desprendían de la misma y que formaban unas X, estas son de color mas claro y transparente.

Este hombre de quien no puedo darles exactamente la descripción, por su belleza inexplicable, su imagen es  única ¡El, es quien dicta las leyes aquí en la ciudad de cristal! Las reglas que se deben de cumplir tal como lo ordena él, eso fue lo que nos dijo la señoras, nuestra guía, ella si vive dentro de la Ciudad de cristal.

La señora sigue explicándonos… aunque en el poniente se oculte el sol, también se quedan los rayos del sol reflejados en los cristales, de la misma habitación.
¡Aquí no se divide el tiempo, ni por el día ni por la noche!
Aunque el mundo  gire a cualquier velocidad, los rayos del sol siempre esta en los cristales, ¡Esa es la razón por la cual, aquí, nunca llega la noche! Esta ciudad esta ubicada en medio ¡Entre el oriente y poniente!


Para eso sirven los cristales que se desprenden de la habitación mayor.

Mientras que yo, a esta habitación mayor, le di el nombre de pirámide.
En ese momento pudo preguntarle en voz alta ¿Entonces, aquí nunca duermen?
¡No! Y ella me contesto con una sonrisa amablemente.
Vuelvo y pregunto ¿Nunca sienten el cansancio?  ¡No! contesta
¡Eso, solo lo sienten en el lugar de donde vienen ustedes!
Ahí se cansan, es por eso que les llega la noche, para que descansen.

A nosotros nunca nos llega el sueño, ¡El sueño no nos alimenta!
Además, tenemos reglas que respetar, y una de las reglas más importantes es,
¡Que nadie se puede casar con gente extraña!
Replico nuevamente la mujer con un tono mas fuerte,



CIUDAD DE  CRISTAL

La gente que no vive en esta ciudad, ¡Es la gente extraña!
¡Los que viven ajenas a nuestras leyes y tradiciones!
La que solo viene de visita…como ustedes.
Aquí, dentro de nuestra ciudad ¡Hay que respetar todas las reglas de nuestra religión! Por que si no lo hacen, ¡Quedan desheredados y excomulgados!
Aquellos que rompen las leyes de este lugar, jamás pueden regresar a la ciudad.

En ese instante nos empieza a relatar la historia de una mujer.
Un día, ase ya muchos años, una hermosa joven que vivía en esta ciudad, se enamoro de un joven caballero que vino solo de visita…Hubo un silencio que marco la pausa.
Luego dijo…Ella aquí, ¡Era una Princesa! Todos la queríamos y la respetábamos
¡Y así se rebelo contra de las leyes existentes!
Un joven caballero quiso casarse con ella, ¡Por que se amaban con locura!
Cuando se entero el Señor… Ella se refería a l a persona que anteriormente les describí Al hombre alto, y su piel color perla, digo color perla, porque no era blanco ni moreno claro, sus ojos grande de color negros, con una sonrisa de dulzura, vestido de blanco, atado a la cintura con un cordón de hilo y con unas sandalias, del color a su piel, y que estaba leyendo el libro grande con la pasta de color blanco, y con el color de oro al borde de hojas, y a quien ellos le tenían como un “Dios”.

Siguió hablando la mujer.
Cuando se entero el Señor quien hace cumplir las leyes, se molesto. Fue tanto el descontento que al momento mando a desheredarle ¡Y a expulsarla!
La  joven Princesa, salio de la ciudad ¡Como una ladrona!
Ahora, ella sufre y llora, ¡Jamás se le permitirá volver a la Ciudad de cristal!

A ninguna persona que venga de visita, se le permite quedarse,
¡Ni tomar posesión del conocimiento de nuestra la ciudad de cristal!
Todo aquel que lo intenta ¡Muere al instante!

! Esta vez, el joven caballero que se enamoro de la Princesa, ¡No murió!
La Princesa y su amado vivieron…Pero fueron echados fuera de la ciudad al momento ¡Los dos como ladrones!
Esta vez, el joven quedo con vida,
¡Solo para que sea el ejemplo vivo para los demás!
Para que nunca otros hagan los mismos errores.
            Algunos visitantes que llegan pueden ver a la princesa, y entonces ella se acerca, para pedirles de favor, que le digan como están sus padres dentro de la ciudad,
Pero nadie le puede decir nada, de lo que ella quiere saber porque ninguno de los visitantes sabe quienes son sus padres de la princesa.


CIUDAD DE  CRISTAL

Hay una diferencia enorme, entre la princesa y su amado, y es que esta joven princesa, ¡Nunca puede envejecer! Fue lo contrario, con su joven amado,
¡El joven envejeció rápidamente!
Lo reafirmo la señora con mucha tristeza.


Si ¡El joven envejeció y murió rápidamente!
Ahora la princesa esta sola ¡Y sola quedará por siempre!

Ese es el precio tan grande que ella tiene que pagar por siempre,
¡Por haber quebrantado las leyes de esta ciudad!
Aquel joven era solo un visitante más,
¡El no tenía derecho a enamorarse de la princesa! Y quebrantando las leyes unieron su amor, solo fue por poco tiempo, porque así como se enamoro de pronto, así envejeció y murió rápidamente…la señora guardo silencio y suspiro con profundo dolor.

En ese instante, vi. A una hermosa joven de piel morena clara,   
Estaba parada en la cima de la muralla de cristal que servía como barrera entre la ciudad de cristal y el mundo exterior.

Su vestimenta era de color verde turquesa, le cubría abajo de la rodilla y tenia una cabellera negra y larga, en la mano derecha, sostenía una madera como si fuera una lanza, pero ¡Muy delgada y grande! Yo sentía su mirada sobre mi, quede paralizada, como una estatua, pero sentía yo un aire frío y como si me hubiera perdido en el tiempo, no se si era miedo, pero me frise por un momento, sentía algo pesado sobre de mi, y no podía ni pensar, yo solo la miraba, sus ojos eran hermosos de color negro y grandes, su mirada era profunda… me sentía tan cerca de ella pero como si yo estuviera en otro lugar perdida en tiempo, a lo lejos escuche la voz de la señora, que me decía apresurada. ¡Es ella, es ella! ¡Si! ¡Es ella, La princesa!
¡Pero no te preocupes! ¡A ti, ella no te puede preguntar nada!
Porque estas muy lejos de ella, ¡Aunque tu la sientas cerca!
Ella sabe que no se puede acerar más a ti, ¡No temas!
Yo volví a sentirme que estaba junto a mis hijos, y escuche la voz de esta señora muy claramente, pero entonces el tono de voz de la señora cambio, se escucho con mucho dolor y tristeza.
¡Si, es ella, ella es la princesa!
¡Pero no te preocupes! ¡A ti, ella no te puede preguntar nada!
Porque estas muy lejos de ella, ¡Aunque tu la sientas cerca!
Ella sabe que no se puede acerar más a ti, ¡No temas!

Ya no dijo más, solo seguimos caminando en silencio,
Parecía como si la presencia de la princesa, le hubiera entristecido el alma,
Seguimos caminando juntos, la señora, Jesús Alberto, Elizabeth y yo, pero en silencio… solo mirábamos a nuestro alrededor… todo era de un color  blanco intenso

CIUDAD DE  CRISTAL

Después de caminar en silencio un rato prolongado dijo la señora con voz afirmativa.

Todos los visitantes son bien venidos, pueden entrar a la ciudad para ver las figuras de cristal que se hacen aquí, ¡Pero nada se pueden comprar aquí con dinero!
Yo quería preguntar, ¿El porque no se podía comprar con dinero?
Pero fue tan estricta al decirlo, que no me atreví a preguntar, el por que no se compran las cosas con dinero, o como se hacia,  esta vez ella no contesto mi pregunta en silencio, como lo hacia antes y me quede con la duda.

Mis hijos y yo, solo nos mirábamos en silencio, y seguimos caminando junto a la señora que nos narraba la historia de la Ciudad de Cristal.
Además también había más gente como nosotros, de visitantes en este lugar, todos eran desconocidos para nosotros y solo nos veíamos unos a otros.

¡Ellos entraban igual que nosotros de sorprendidos!
Al ver la belleza del resplandor de la luz, que no se podía explicar como era exactamente.

Bueno, después de tanto caminar en silencio, la señora nos dijo.
Como ven todos llegan aquí, ¡Igual que ustedes!
Como si ella adivinara nuevamente nuestros pensamientos dijo.

Primero ¡Llegan al pueblo que esta cerca de aquí!
Después de un instante, sus pasos se dirigen asía la entrada de esta ciudad.
“La Ciudad de Cristal” si, lo reafirmo con una sonrisa y amablemente, volvió a decir
Así se llama, La Ciudad de Cristal.

Mis hijos y yo, solo nos veíamos entre nosotros, pues no podíamos preguntarnos nada en el recorrido que hacíamos, nunca nos separamos los tres.
Seguimos juntos recorriendo cada lugar que nos enseñaba esta señora.



Todo era ¡Extraordinariamente hermoso!
No se como, ni en que momento fue que nos encontramos con mi madre,
En ese instante estábamos juntos otra vez, ¡Mi madre, Jesús Alberto, Elizabeth y yo!

No se por cuanto tiempo caminamos, porque ahí en la Ciudad de Cristal,
¡No se siente el tiempo, ni el cansancio!
Seguíamos caminando, los cuatro junto a la señora,
Tanbien hubo un momento en que nos explicaba el porque la luz no lastimaba los ojos, dice que porque la luz no es totalmente blanca, y porque da el color azul que tiene el cielo, dice que es por la lejanía y que el sol blanco es por los cristales.


CIUDAD DE CRISTAL

Bien, dentro de mi relato es algo confuso, por que yo explico  lo que veo  y lo que  nos  pasa en el  momento,  mas cuando nos explica la señora yo tengo que callar.

Cuando nos detuvimos frente a una habitación donde estaban unas personas trabajando el cristal al pie de esa habitación había un río pequeño y cristalino, posiblemente es el mismo río que estaba afuera de la ciudad cuando veníamos caminando.

El agua cristalina que corría, era como si estuviera formado del mismo cristal
Solo que el río estaba mas angosto y mas cristalino que cuando entramos en la  ciudad.

Aquí dentro de la  ciudad, el río corría justo al pie de las cuevas en toda la ciudad, perdón, “las pequeñas habitaciones” como las menciono la señora que nos acompañaba.

El río, es lo que dividía entre las pequeñas habitaciones de cristal y la arena ¡Si! Porque en el centro de la ciudad, había un espacio muy grande, cubierto de esa arena tan especial, porque aquí la arena es color blanca muy fina, ¡Brillaba como diamantes! En ese espacio de la arena, tienen unas carpas blancas, y dentro de las carpas, unas mesas blancas de cristal, donde exponían todo las figuras que tenían.

¡Es hermoso ver todo aquello! Tiene un resplandor excepcional, indescriptible, esa luz que brillaba de la arena, no lastimaba los ojos a pesar que brillara tanto como si fueran partículas de diamantes, ¿Pero diamantes en arena? Es algo indescriptible.

Se me hace curioso ver que trabajaban el cristal solo con sus dedos, quiero decir sin usar herramienta y daban así la forma a esas figuras marinas, como pescados, estrellas, caballitos de mar, conchas y barcos, de cristal dentro y fuera de las pequeñas habitaciones, o de las cuevas como yo les nombre, todas las personas que viven aquí hacen lo mismo, además que los habitantes de la ciudad, no pueden hablar con la gente que visita… de no ser la persona asignada para dirigir a los visitantes en grupo.

Si, ese fue el nombre que la señora me dijo,
“ESTA ES LA CIUDAD DE CRISTAL”
Aun sin saber el nombre, yo, ya le llamaba así.







“LA CIUDAD DE CRISTAL”

“LA CIUDAD DE CRISTAL” es hermosa…replico la  señora,
Aquí todo debe de ser transparente y cristalino,
¡Es la ley, y se debe de cumplir exactamente como es, para poder vivir aquí!
Hay algo más, ¡Todo el cristal es puro, nace aquí! Con esta explicación terminamos el recorrido, nos dijo la señora que nos acompañaba.

Además como despedida  dijo la señora señalando con un dedo una casilla, esa es la línea donde se pueden formar ¡Para regresar al lugar de donde vinieron!
¡Solo por ese medio pueden transportarse para su regreso!
Ese es el único transporte que tenemos para el uso de la gente que tiene que regresar al pueblo de donde llegaron.



También nosotros los hacemos aquí., como ven, solo son pequeños barcos o aviones de cristal, donde solo una persona puede subir para transportarse a la salida de ¡La Ciudad de Cristal! Cada quien cuando le toca su turno.

Ese transporte al que se refería la señora, estaban colgados de un cable grueso de metal ¡Como si fuera un teleférico! Solo servia para transportar a las personas
Que iban de regreso, las dejaban exactamente donde se iniciaba la entrada a la Ciudad de Cristal.

Reafirmo la señora diciendo:
¡Nadie puede usar ese transporte para poder entrar a la Ciudad de Cristal!
Y yo pregunte ¿Porque no se permite usar ese transporte para entrar?
Pregunte ingenuamente, la señora se sonrío dulcemente sin contestar mi pregunta, solo dijo, con una voz autoritaria. ¡Ya es hora de su regreso!
¡No olviden de que solo son Invitados a este lugar!

Fórmense, lo dijo dando una orden que no se puede desobedecer, pero sin perder la amabilidad.

Nos formamos en la línea para esperar nuestro turno, porque había más gente delante de nosotros, se formo primero mi madre, detrás de ella Elizabeth y después Jesús Alberto, yo estaba al lado de el, después de unos minutos de espera llego el turno para salir y primero subieron a mi madre, subió sin problema era un pequeño barco, vimos como se iba alejando del lugar en ese teleférico de cristal.

Quedamos esperando mis hijos y yo, cuando fue el turno para subir al teleférico a mis hijos, la persona que estaba ayudando los detuvo… pero se acerco a mí y me dijo
 ¡Tú vas primero! Me acerque, pero cuando yo trate de subirme a la  figura de cristal para  salir de la ciudad, al poner los píes en el fondo paresia un barco pero este se desfondo y quede en medio del barco de cristal, la altura no era muy alta... porque me ayudaron para bajar del barco sin  problema, y dijeron, trata otra vez.
“LA CIUDAD DE CRISTAL”

Pero tienes que formándote en la línea otra vez y hasta que llegue tu turno podrás subirte…vénganse mis  hijos, les dije, vamos a formarnos en la línea otra vez. Por segunda vez, me subieron a mi primero, y el barco volvió a desfondarse, yo estaba asustada y muy preocupada, por que mi madre ya nos esperaba en la en la entrada de la ciudad donde la bajaron.

Un hombre que estaban cerca de nosotros subiendo a las demás personas que tenían que salir de la ciudad, me dijo, tu hermana Guille, esta junto a tu mamá, esperando por ustedes, ¡No te preocupes!

Yo me dije en silencio, Guille mi hermana, junto a mi madre, ¿Cómo llego ahí?
¡Si ella no sabia donde estábamos! Volvimos a formarnos por tercera vez,
Nuevamente al subirme al barco se volvió a desfondar, me ayudaron a bajar del barco, y me retire muy confundida.
¿Que me está pasando?
¿Porque no puedo irme de aquí?
Y mis hijos, ¿Dónde están?
¡“Dios Mío”, Dios Mío! ¿Donde estamos y que puedo hacer para salir de aquí?
Camine apresurada al centro de la ciudad, tratando de encontrar a la señora quien nos avía informado de todo lo que pasaba en la ciudad, para  preguntarle que podía hacer para salir del lugar. Caminaba yo asustada buscando a la mujer, con la esperanza de encontrar respuesta a mi pregunta, porque se desfondaba los barcos cuando me subían, ¿El porque, yo no podía salir de la ciudad? tratando de encontrar a la señora, de pronto dije en voz alta  “DIOS MIO” Mis hijos, ¡Mis hijos, están ahí!
Camine apresurada para llegar donde estaban mis hijos, y cuando estaba frente a ellos les pregunte. ¿Qué hacen, y como llegaron aquí?
No me respondieron, solo me miraron sonriendo y se llenaron sus ojos de lágrimas, pero eran lágrimas de alegría al encontrarnos.

Mis hijos estaban dentro de una de las carpas donde exponían las figuras de cristal.
Una señora estaba junto a mis hijos, era quien cuidaba de ellos, mientras que yo llegaba al lugar, y la señora me dijo… ¡Yo sabía, que usted tenía que regresar a este lugar! Me dijo, señora, la estamos esperando, ¡Usted no puede salir de aquí!
¡Por que lleva algo que no le pertenece!

Me sorprendí al escucharla, ¡Yo no tengo nada! Le dije, solo tengo la ropa que llevo  puesta, le conteste muy segura de lo que  decía.
Pero ella con la mirada me señalo el bolsillo de mi pantalón.
Yo me revise, y efectivamente tenía en el bolsillo de mi pantalón, esa hermosa piedra de cristal color verde esmeralda, que me encontré antes de  entrar a la ciudad.



“LA CIUDAD DE CRISTAL”

Y dije, Si, la pierda, es verdad, ¡Esto es lo único que tengo!
¡Yo me lo encontré afuera de la ciudad! la saque de bolsillo de mi pantalón y al tenerla en mis manos, la piedra se hizo pedazos.



Luego, quise poner los pedazos sobre la mesa que estaba junto a mí, pero antes de poner los pedazos sobre la mesa, en mis manos se hicieron granitos más pequeños, me quede tan sorprendida y solo miraba a la señora.
Ella me dijo amablemente, no se preocupe, ¡Póngalos así sobre la mesa!  
¡Todo será para bien, y usted ya puede salir de aquí!
Al poner los pequeños granitos de piedra sobre la mesa
¡Se convirtió totalmente en polvo brillante!
Me sorprendí más al ver todo lo que estaba pasando.

Yo que por curiosidad quise tocar ese polvo con mi dedo índice... Al tocarlo suavemente, mi dedo quedo lleno de ese polvo de cristal, mas bien, por el brillo parecía diamante molido.
Ese polvo brillaba como diminutas estrellas de diamante cristalinas,  quise quitarme el polvo de mi dedo sacudiendo fuerte mi mano, estaba asustada, no quería que me quedara nada pegado, y al ver mi dedo, ya no tenia el brillo, solo estaba cenizo, con una cortada que casi me arranca la yema del dedo,
No me dolió, ni me sangro la cortada en mi dedo, me sorprendí mucho más.

¿Porque no me sangra ni me duele? Me apreté fuertemente el dedo para ver si a si sangraba y solo se abrió un poco más la herida, pero fue dando la forma como si fuera exactamente la boca de un pescado.

En silencio tome a mis  hijos de su mano, y les pregunte nuevamente.
¿Que hacen aquí?
¿Díganme como llegaron?
Me contesto rápido la señora,
¡Para que usted pueda salir de aquí junto con sus hijos!
¡Usted y sus hijos ahora tienen que encender una vela!
Una vela cada quien, para que la perdonen por lo que lleva, y pueda así, reunirse con su mamá en la orilla del río que esta afuera de la ciudad.

La señora tomen estas tres velas chicas y nos las dio en la mano, una vela cada quien son gruesas, dijo, y sonreía.
Ahora prendan las velas de esa luz, y señalando con su dedo, apareció una luz sobre la mesa que estaba junto a nosotros…Era una luz de un pequeño aparato,
Pero en el mismo instante, ¡Todo quedo obscuro, completamente en tinieblas!
Solo era una flama muy pequeña, que nos alumbraba.


LA CIUDAD DE  CRISTAL

Los tres encendimos las velas gruesas y nos quedamos parados mirándonos uno a otro en silencio…En ese momento se escucho una voz fuerte que nos dijo claramente,

¡Cuando salgan, no regresen a ver así atrás!
¡Para nada, ni por nada!
¡Por que no saldrán de este lugar jamás!
Yo me estremecí al escuchar esas palabras.
nos dijo las instrucciones de cómo  salir con una voz fuerte y dominante.

¡Van a seguir la corriente del río!
¡Ese será el camino que tengan que seguir!
¡Es una orden! Dijo.

Y sin decir nada empezamos a caminar al momento, todo estaba en silencio,
Seguimos las instrucciones, tal y como nos lo dijeron.
Todos caminamos en silencio, bajo las tinieblas de la noche,  solo la luz de las velas nos alumbraban el camino.

Caminamos por mucho tiempo, sintiendo el aire fresco, pero ninguno volteaba a mirarse, caminamos con la cabeza cabizbaja, ¡Mirando solo la luz de las velas!


Íbamos por toda la orilla del río, esa era la señal que nos dieron para poder salir del  lugar y llegar donde se encontraba mi madre.

Seguimos caminamos sobre la arena, al igual  que como entramos, íbamos los tres juntos Elizabeth, Jesús Alberto y yo, después de mucho tiempo de haber caminado,
Mi hija Elizabeth me dijo musitando y con una voz quebrantada, mamá,
¿Por que no se apagan las velas? ¡Si hay aire, yo lo siento!
Le respondí, solo “DIOS” sabe, ¡“DIOS” sabe todo lo que esta pasando!
Creo  que estas son las  velas  que se nombran  cirio  pascual, que encienden en la iglesia, porque no se apagan…Seguimos caminando un buen rato y nadie sentía cansancio, a pesar que ya había pasado mucho tiempo, no sabíamos la hora que era, pero si sentíamos sobre nosotros la oscuridad de las  tinieblas.

De pronto, aparecieron a lo lejos dos siluetas entre la oscuridad, apresuramos el paso cuanto mas podíamos y les dije mis hijos, ¿Distinguen bien aquellas siluetas?
¿Quienes son aquellas dos personas que se ven a lo lejos?
Si mami, es mi mama Tolla y mi tía Guille, dijeron con mucho entusiasmo y caminamos  mas rápido, efectivamente ¡Era mi madre y mi hermana Guillermina! Estaban paradas al pie de un árbol gigante, ¡Esperaban por nosotros!
No se como se encontraron mi madre y mi hermana en aquel  lugar.
Lo que si estaba segura que eran ellas.
Mis hijos y yo, seguimos caminando apresurados, para  poder llegar más rápido junto a mi madre…Empezamos a comentar en voz baja lo sucedido.
LA CIUDAD DE  CRISTAL

En el camino que íbamos, se sentía un aire fresco.
Pero  entre las sombra de la noche se distinguían unas montañas enormes de arena, como si fueran dunas, y nosotros caminando junto a ellas.

Después de unos instantes vimos que las montañas ya eran mas altas, pero estas montañas ya tenían  árboles, estaban a los extremos de donde caminábamos, y enfrente, se veían unos cerros pequeños con árboles altísimos, gigantescos,
Seguimos caminando a la orilla del pequeño río cristalino y sobre la arena,
Con la seguridad de que estábamos pronto a encontrarnos con mi madre.

A pesar de que todo estaba en tinieblas, la luz de las velas, eran lo suficiente para no tener miedo a la oscuridad, ¡Las tres velas seguían encendidas!
A pesar del aire fresco que se sentía,
Casi al final de la salida, recordé las últimas palabras que dijera la señora que nos guiaba en la Ciudad de Cristal.
¡Ustedes solo son Invitados a este lugar!
Y me pregunte, ¿Por qué nunca nos dijo su nombre?

Ella también me dijo, la piedra verde que había recogido antes de entra a la Ciudad de Cristal, es la prueba de que podrías entrar a “La Ciudad de Cristal”, junto a tu familia
¡Para que la conozcan!
Yo me pregunte en silencio, ¿Porque yo? ¡Pero no encontré la respuesta!

De pronto mire a mi madre y a mi hermana cerca, mis hijos corrieron para abrazarla, mientras que yo trataba de correr como ellos pero no podía, estaba como entumida y me ganaron a llegar, pero si al final del camino pude llegar junto a mi madre y mi hermana Guille… cuando  quise abrazar a mi madre.

Desperté exaltada, ¡Todo parecía ser tan real!
Que me quede con la duda, fue un sueño,
 ¿Ho Realmente viaje en mi sueño, en cuerpo y alma?
 ¿Donde esta ese lugar?
¿Que significaba este sueño en mi vida?

Al despertar me puse a escribir

Lunes Septiembre 1989





Autora: Maricela González Cerón