VIDA CON OLOR A MUERTE
Que te pasa
corazón,
Que no se
escucha tú palpitar,
Antes
llorabas y reías
Fuera de
dolor o de alegría,
Ase un
tiempo corazón
Tuviste la
sensación de amar
Y sentirte
amado.
No te
doblegues corazón.
Mejor dime
que te pasa
Ya no escribes
más poesía,
Ni se
escucha más tu canto
No es
tiempo de callar
Sigue tu
paso corazón
Quiero
sentir tu palpitar.
No quería
darme cuenta
Que estaba
entre tanta gente
Unos lloraban, otros gemían
Otros más
ocultaban su rostro
Para no
deja ver su llanto,
Yo seguía
gritando
Denme papel
y lápiz
Que ahorita
me estoy inspirando.
Soy un
poeta y quiero seguir pregonando
Quiero
gritar a los cuatro vientos
Que
soy feliz, muy feliz,
Con este
amor que tengo
Que nace
desde las entrañas,
Que te pasa
corazón, no siento tu palpitar
Acaso no
sientes tú estas manos
Que te
están acariciando.
Debes tú,
brincar de emoción
Que a tu
lado esta tu amado
Esta
llorando, tal vez sea de emoción
Al escuchar
nuestra canción
Que ahorita
estoy entonando
Es una
canción de amor y de alegría
Porque
están conmigo todos
Amigos y
familia, anímate corazón.
Si estamos
juntos, no comprendo
¿Porque
están llorando?
No
tienen porque llorar
Pareciera
que nadie escucha cuando hablo,
Mire a mi
alrededor, vi que se estaban despidiendo
Echaron un
puño de tierra sobre un cajón de madera
Dejaron
flores sin aroma, todos los iban
pasando.
Levante la
mirada y vi a mi alrededor
Avía tumbas
abandonadas
Otras con
cruces de madera bien clavadas
Quise
correr y no pude
Trate de
volar y no tenia alas,
Junto a mi
estaba una cruz de madera recién pintada
Todos los
amigos emprendieron su camino.
Solo
quedaron de pie y llorando la familia
Una sombra
se acercó a mí
Diciendo ¡Veámonos,
que esperas!
¡Esta no es
mas tu morada!
¿Porque?
Pregunte asustada
Que no te
das cuenta que no tienes ya materia,
¡Que de tu
cuerpo, tu alma quedo despejada!
Ya no
tienes cuerpo
Con el que
antes tú gozaras,
Si te
quedas ahí, quedaras sepultada
No, yo no
quiero morir ahora
Lo que
quiero es vivir para sentirme amada,
Este mundo
para ti, ya no tiene morada
Yo gritaba
y gritaba para que me escucharan
Todos se
marcharon sin hacer caso a mis palabras.
Desperté
llorando, tenía miedo que fuera verdad
Vi, las
sabanas tiradas, solo me puse a rezar,
A La Virgen
de Guadalupe Inmaculada.
Luego me
senté para escribir, no sabia con certeza
Si era un
sueño, o si lo imaginaba, estaba confundida.
Julio 2000.
Maricela G. Cerón